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Pastimes : URUGUAY, en Español. Pais Peligroso.

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To: Elio Madama who wrote (265)2/8/2001 6:50:53 AM
From: Elio Madama  Read Replies (1) of 505
 
EL PELIGRO DEL ESTRES.

Estrés, sedentarismo y obesidad
Trío mortal
El estrés es uno de los factores de riesgo que aumenta en la actualidad la incidencia de las enfermedades vasculares.

OBLIGACION.

Actualmente el ser humano se ve presionado a permanecer muchas horas en ámbitos estresantes pero el organismo no está preparado para ello. Las consecuencias son visibles.



DR. EDUARDO CASANOVA

Médico Intensivista U.C.M.

Hay quienes sostienen que el estrés ha aumentado en la vida moderna, y se ha involucrado de un modo especial, en la creciente morbimortalidad de las enfermedades cardíacas y cerebrales, de origen vascular.

El estrés producido por las bombas, en las ciudades europeas durante la Segunda Guerra, no aumentó la incidencia de infarto de miocardio, que se vio años más tarde en épocas de paz y bienestar.

Si bien se asoció este hecho a una dieta más hipercalórica (que no existía en los años bélicos de escasez); también se relacionó con otro tipo de estrés, vinculado a la obesidad y el sedentarismo.

En la segunda mitad del siglo pasado, se comenzó a hablar de las llamadas enfermedades del bienestar, directamente relacionadas con la enfermedad vascular, cardíaca y cerebral, asociadas con la diabetes y la hipertensión arterial y condicionadas por un "pseudobienestar", que proporciona la obesidad y el sedentarismo.

Si consideramos el aumento de enfermedades coronarias, producido luego de la Segunda Guerra, bien podríamos afirmar que el efecto deletéreo de las bombas, a nivel de la pared arterial, no ha sido tan grave, como el que ha producido un estilo de vida pautado por el inmovilismo y por la dieta hipercalórica.

El estrés, que consideramos equivocadamente, solo como un factor agresivo agudo, que actúa sobre el organismo en forma violenta, en un pequeño período, ha de considerarse también, como el resultado de una agresión no tan violenta, no tan aguda, pero prolongada, sostenida, igualmente deletérea.

El motor de un auto puede fundirse, tanto si lo sometemos a una única imposible sobrecarga, como si lo sometemos a continuos esfuerzos para los cuales no está programado. Cualquiera entiende, que no podría cargar un bolsa de 25 Kilogramos durante una distancia muy prolongada, sin embargo no se recuerda este concepto, cuando ese peso es transportado en los propios depósitos de grasa corporal.

El estrés al que nos somete la obesidad, se potencializa por el sedentarismo, no solo como causa y consecuencia de la obesidad, sino como agente independiente de estrés.

El organismo humano, concebido para caminar, correr, saltar, trepar, lanzar, nadar; se afecta, se deteriora, en el circuito cotidiano de sedentarismo insalubre, en el que no se recorre más de 200 metros, desde la cama al escritorio de la oficina, pasando por el automóvil, y por el asiento frente a la TV o a la computadora.

No solo se acumulan en grasa, las calorías no consumidas. No solo el sobrepeso hace cada vez más difícil la actividad motora, pues el sedentarismo afecta el siquismo, del mismo modo que afecta la masa muscular, que se atrofia, y se sustituye por grasa: es un agente de estrés por sí mismo.

El creciente aumento del uso de psicofármacos que se registra en la sociedad moderna, corre en paralelo a los descritos mecanismos de estrés; junto a la obesidad y al sedentarismo y junto a las enfermedades vasculares.

Verano: momento ideal para cambiar
Las vacaciones de verano, pueden ser un excelente momento para revisar los puntos anotados y comenzar a cultivar hábitos de vida más saludables.

Las costas arboladas y pobladas desde Colonia a Rocha; la rambla montevideana; los parques y plazas deportivas, pueden ser un excelente escenario para comenzar a luchar contra el sedentarismo.

Hemos de recordar, que sería inadecuado iniciar una actividad física para la que no estamos preparados, por padecer una enfermedad previa, de cualquier tipo o por no estar suficientemente entrenados. Será necesario entonces coordinarlo con el médico de cabecera.

Teniendo en cuenta la edad y el sobrepeso, en todos los casos se deberá comenzar en forma progresiva, en las horas de menor calor, con caminatas o en bicicleta, para alternar luego un paso más enérgico, o pequeños trotes durante las caminatas.

El verano es propicio también para nuevos hábitos en alimentación, que podrían ser orientados al consumo de una dieta más hipocalórica, con menos contenido de grasa y con más fibra.








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