LOS MONOPATINES.
RESULTAN UNA MODA EN EL MUNDO ENTRE GRANDES Y CHICOS Y SE VUELVEN A IMPONER EN MONTEVIDEO AUNQUE TODAVIA LOS ADULTOS NO LO ASUMEN COMO TRANSPORTE Los monopatines son para el verano Las fotos hablan por sí solas. Un viejo juguete hace punta y aspira a convertirse en otra opción de traslados cortos.
EL MANYA. En La Coruña un uruguayo se adapta a los nuevos tiempos.
Hubo una vez una patineta de tres ruedas y manubrio. Y asimismo hubo una patineta con cajón. Pero casi nadie se acuerda de eso. Lo que sí hizo furor fue el móvil de dos ruedas. Hasta fines de los Sesenta existió como una modalidad de paseo para niños, básicamente varonil y aceptable de usar hasta la edad escolar. Durante tres décadas por lo menos, este elemento casi deportivo y de juego se hallaba sin embargo desaparecido. Los nuevos tiempos después de los Beatles y los Stones demandaban aparatos más conmovedores. Fuera del circo y las acrobacias de los monos, el monopatín comenzó a resultar poco seductor. El juguete más excitante que surgió entonces fue la tabla oval de skate, construida en madera, fibra de vidrio o aluminio. Con ella, los equilibristas han ya surcado miles de bancos de plaza y barandas de escaleras o bien se las pasan saltando del asfalto a las veredas sin rozar los cordones de granito.
Pero claro, así como el rock metálico terminó aturdiendo a mucha gente, también este juguete terminó por quedar acotado a una clientela de rabiosos atletas y al fin de cuentas terminó provocando la nostalgia por el viejo monopatín. Como lo registró la cámara de Héctor Devia en Palmas de Mallorca y París, o como se sabe que sucede en Disneylandia y Miami, la variante que se ha registrado con la vuelta del monopatín radica en la ampliación de clientes. Ahora, cada vez más los adultos recurren a él para realizar las compras en el supermercado o acceder a las estaciones del subterráneo.
En Montevideo, en cambio, aún no se ha verificado tal aceptación, el monopatín asomó limitado a ser un novedoso y reclamado regalo de Navidad o Reyes para las criaturas en edad escolar. Todo hace pensar no obstante que en poco tiempo la moda para adultos afirmará raíces por acá. Hasta ahora, sólo en la Rambla es posible detectar algunos pioneros.
Román Fernández, acostumbrado desde hace dos años y medio a alquilar patines en la pista del Parque Rodó confiesa que en los últimos dos meses los monopatines "son la locura, un disparate". Según su información, entre los modelos que más se hallan en plaza, un monopatín de aluminio para gente grande, armado como para soportar 120 kilos, cuesta 1200 pesos, y los de hasta 100 kilos se ofertan a 800 pesos. Los monopatines de chapa, que aguantarían hasta 80 kilos y suelen estar pintados en colores rojo o azul, oscilan entre 500 y 600 pesos. A cualquiera de ellos puede por supuesto adaptarse un motor eléctrico, como los que se agregan a las máquinas de coser. Con motores de origen, la historia de los precios cambia, pueden multiplicarse por tres. Pero vale la pena.
Copyright © EL PAIS 1996-2001
Zelmar Michelini 1287, cp. 11100 , Montevideo Uruguay Tel: 902 0115 - Fax: 902 0464 cartas@elpais.com.uy e-publicidad@elpais.com.uy |