CUATRO URUGUAYOS HACIA LA CORDILLERA DE LOS ANDES.
La ruta de San Martín .Cuatro uruguayos partieron ayer hacia la cordillera para emular el recorrido a caballo de 500 kilómetros que realizó el prócer argentino en su gesta Estoy buscando América Humberto no es héroe, ni pretende serlo. Tanto él como sus amigos gastarán adrenalina en la soledad de los Andes
POSE. Tartaglia a lo gaucho, pero con las botas aún en el parqué.
CESAR BIANCHI
Humberto Tartaglia (27) salió de paseo esta madrugada. Es un recorrido de 500 kilómetros y sin embargo llegar a destino y dar vuelta le tomará 10 días. Se trata de emular la travesía del prócer argentino José de San Martín cuando en 1817 cruzó la cordillera de los Andes con el ejército que él mismo preparó para vencer a los españoles. Humberto --ahora en viaje-- va a caballo, y "de cabresto" lleva otro caballo de repuesto, y una mula con la carga. Va muy bien equipado como para soportar el inhóspito clima de 15 grados bajo cero en las noches, y unos bienvenidos seis grados de mañana, según las expectativas.
La propuesta llegó a sus oídos en pleno entrenamiento de caballos para ir de Montevideo a Tacuarembó a participar como siempre de la Patria Gaucha. Fue el rematador de ganado Eduardo Gómez Cabrera quien lo vinculó con los mentores de la iniciativa. No vaciló en aceptar y ayer a las 17 horas se aprestaba a salir en coche hacia Mendoza, para desde ahí abordar una camioneta 4 x 4 hacia la localidad de Barreal, al norte de la provincia de San Juan, al amanecer.
Las cien leguas no serán trecho fácil y lo saben, pero confian en la resistencia de los caballos criollos y en la solidaridad de las mulas.
Tartaglia es secretario de la Federación Uruguaya de Automovilismo Deportivo y estudiante de 6° año de Veterinaria.
Pertenece a una familia que acoge con gusto el placer por el peligro, según él mismo cuenta y sus familiares comparten. "Somos conscientes que tenemos un destino marcado. Nunca asumimos el riesgo posible", afirmó. En 1935 su bisabuelo Giovanni Tartaglia fundó el raíd hípico, y sus descendientes prosiguieron con la actividad e incluso fundaron la Scudería Tartaglia de automóviles, donde el núcleo familiar en pleno compite en fórmula 2.
Andrés Dannembaum, Andrés Molina, y Federico Hill lo acompañan en la intrépida travesía por la cordillera de los Andes. Partieron esta madrugada de Barreal, siguen por el Valle del Río de los Patos con rumbo suroeste hacia la ladera de la Aconcagua, donde van a atravesar 4.800 metros por un paso sólo apto para caballos y mulas. Van rumbo a Chile, y al este de San Felipe tienen previsto acampar por uno o dos días. Luego vuelven hasta Punta de las Vacas en la provincia de Mendoza, sin atravesar ningún centro poblado.
PELIGRO. En un momento dado tendrán que vendarse los ojos para atravesar una cornisa de 40 centímetros de ancho. De un lado, una pared de piedra. Del otro, un precipicio de mil metros. El caballo pasará sin orientaciones del jinete, y se procura con el vendaje que el hombre no se impresione y asuste al animal.
Los peligros de derrumbamientos, avalanchas y aludes están latentes, dado que la época de deshielo está llegando a su fin. "No es muy recomendable que salgamos ahora, en realidad nos atrasamos", dice Tartaglia. "Un hombre sin el equipamiento y la indumentaria adecuada, en 30 minutos muere por congelamiento", ilustra.
Su hermana Doménica (21) sabe que es una aventura arriesgada pero admite que "está acorde a su personalidad", y sólo espera "que llegue vivo. No me importa si viene herido". En cuanto lo manifestó, Humberto se burló de la exageración. Tulio Tartaglia (65) también cree que la decisión de repetir la proeza de San Martín es coherente con las preferencias del hijo. En realidad, entienden que es herencia de la familia.
"Uno de mis antepasados vino a pelear con el ejército de Garibaldi en el gobierno de la Defensa de Montevideo", dice orgulloso Humberto, y desde entonces recuerda el raíd hípico y las carreras de autos. Tulio, incluso, practicó paracaidismo, actividad que el hijo tiene previsto para este 2001.
INTERES. Recrear la hazaña andina es sólo un buen pretexto para deslizarse por las cornisas reales y de las otras que tiene esta aventura. Cuando le preguntan por qué reeditar la campaña del General José de San Martín, dice que no hay un estricto interés histórico. La única conexión es la vestimenta gauchesca y el espíritu épico que se descorre como telón de fondo en la empresa.
A decir verdad, Humberto se sintió atraído por el hecho de demostrar la "enorme" capacidad de resistencia del caballo criollo, única raza autóctona en América del Sur. Más allá de que en esta aventura recreará las andanzas de un héroe de la patria vecina, él forma parte de todas las fiestas que involucran al caballo y a la tradición en Uruguay.
Su gran "sueño" es repetir la hazaña del Gato y el Mancha, realizada en la década de 1920 cuando dos caballos criollos recorrieron de Buenos Aires a Nueva York en trayectos de 45 kilómetros diarios a lo largo de tres años. "En algún momento de mi vida lo voy a hacer, junto a mi 'compadre' Juan Pablo Bocchi", asegura Humberto, a quien no lo seduce la eventualidad de ingresar en los anales del libro Guiness de los Records.
En la proeza reeditada deberá convivir con tres personas a los que apenas conoce por buenas referencias, pero entiende que no habrá dificultades al respecto. "Los que somos 'de a caballo' compartimos virtudes comunes como la camaradería, la caballerosidad, y el amor por el riesgo", sostuvo.
Humberto Tartaglia no teme a ningún accidente que pueda poner en tela de juicio su supervivencia, aunque es consciente de lo mal que ha acogido la cordillera de los Andes a otros compatriotas en un hospedaje no previsto. "Estoy convencido de que el espíritu humano puede contra la adversidad. Las ganas de vivir pueden contra todo", aseguró. Dice que su pasaje por el movimiento Scout lo preparó.
La histórica proeza de del General En 1916, el general José de San Martín, Gobernador de Cuyo, emprende la creación del Ejército de los Andes. Se conoció que España preparaba una expedición de 10 mil hombres que se dirigía hacia el Río de la Plata a sojuzgar a los rebeldes y someterlos al dominio del rey.
Años después, el 9 de julio de 1916 el Congreso declara la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata de la dominación de los reyes de España.
El 15 de julio el Director Pueyrredón se reúne con San Martín en Córdoba y arreglan los aspectos de la expedición. El fray Luis Beltrán dejó los hábitos y comandó 300 trabajadores, fundió cañones, balas, granadas, y preparó los elementos necesarios para la marcha.
Pueyrredón el 1º de agosto designa al entonces coronel mayor San Martín como general en jefe del Ejército de los Andes. El 5 de enero de 1817 el Ejército se dirige hasta Mendoza donde juran la bandera celeste y blanca y como patrona a la Virgen del Carmen. San Martín hizo llegar distintas versiones a Marcó sobre posibles pasos para cruzar la cordillera. Todo estaba listo en Plumerillo para cruzar el ejército de 4 mil hombres con sus caballos, cañones y municiones y víveres para un mes.
Dos divisiones al mando del Gral. Miguel Soler y O'Higgins cruzarían por el Paso de los Patos. Otra, al mando de Las Heras, debía marchar el camino de Uspallata con la artillería. Una al mando de Juan Manuel Cabot cruzaría desde San Juan por el Portezuelo de la Ramada y apoderarse de Coquimbo. Otro destacamento debía cruzar desde La Rioja y ocupar Copaipó cruzando la cordillera por el paso de Vinchina.
Todos debían aparecer simultáneamente sobre territorio chileno entre el 6 y el 8 de febrero de 1817. Ya desde el lado chileno, esto le comunicó San Martín a Pueyrredón: "El tránsito de la Sierra ha sido un triunfo. Dígnese V.E. figurarse la mole de un exército moviéndose con el embarazoso bagage de subsistencias para quasi un mes, armamento, municiones y demás adherentes por un camino de cien leguas, cruzado de eminencias descarpadas, desfiladeros, travesías, profundas angosturas, cortado por cuatro cordilleras; donde lo fragoso del piso se disputa con la rigidez del temperamento."
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