HOMICIDIO ACLARADO EN MONTEVIDEO.
ACLARADO | Tras la muerte del niño huyó a Paso de los Toros y pretendía cruzar la frontera
Homicida capturado a punto de huir a Brasil
El detenido admitió haber violentado al niño Alvaro Ezequiel, pero dijo que cayó accidentalmente desde la azotea.
CAPTURADO. Este hombre de profuso historial responde ante la Justicia por el crimen del pequeño hallado en Ciudad Vieja
Fue a la casa de sus primos en busca de comida, pero su presencia despertó sospechas en el vecindario y terminó detenido por la Policía en Paso de los Toros. Ya en manos de sus aprensores, el cuidacoches F.D.A.R. (44) terminó por confesar con aplomo el crimen del niño Alvaro Ezequiel Bruzzone Cardozo (9), admitiendo que aquella era la tercera violación que cometía. No obstante, el individuo afirma que no dio muerte al pequeño y que este se cayó accidentalmente de la azotea a la que habían subido cuando Alvaro Ezequiel dijo sentirse indispuesto. La investigación policial en torno al caso logró detectar a un testigo que pudo ver al cuidacoches y al niño poco antes de la muerte de este último.
Lo cierto es que, en las horas previas a su captura, la Policía había sitiado cada uno de los lugares a los que podía acudir en busca de refugio, entre Montevideo y Canelones. Equipos de la Seccional 1a. y de la División Homicidios de Investigaciones mantenían vigilados aquellos domicilios de familiares o amistades de F.D.A.R., en tanto que su fotografía y datos completos fueron circulados a todas las unidades policiales del país junto a la orden nacional e internacional de captura.
Los elementos reunidos por los investigadores son concluyentes en cuanto a la culpabilidad de F.D.A.R. en el hecho, informaron fuentes policiales. No obstante, la negativa del individuo en cuanto a su responsabilidad en la muerte del chico harían necesarias nuevas pericias ordenadas por el Juzgado Penal de 20o. Turno, agregaron las fuentes.
FUGA. Luego de la muerte de Alvaro Ezequiel, F.D.A.R. abandonó la pieza 22 que alquilaba en la pensión de la calle Cerrito 669, a la vuelta del predio sobre la calle Bartolomé Mitre donde fue hallado el cuerpo de la víctima. Allí vivía junto a su concubina y dos hijos de esta, de corta edad. Luego que fuera descubierto el cadáver pasaron varias horas antes de que la pericia forense abriera dudas sobre la verdadera causa de muerte. En ese tiempo, el cuidacoches puso más distancia entre la escena del crimen y su persona.
Según la información reunida por los investigadores policiales, F.D.A.R. consiguió una pequeña suma de dinero prestada por un familiar al que vio en la noche del martes, en la zona de La Teja. El propósito del cuidacoches era abandonar el país cruzando la frontera hacia Brasil.
Hasta ese momento las autoridades no sabían con certeza hasta dónde llegarían los pasos del presunto homicida. Discretamente hombres de la División Homicidios se dirigieron a cada una de las direcciones conocidas, a las que el prófugo podía ir en busca de ayuda.
En la noche del miércoles un vecino de Paso de los Toros se inquietó por la presencia de un extraño, al que vio entrar y salir varias veces de una vivienda en la calle Valerio López e Ituzaingó. El vecino imaginó que el extraño intentaba robar la finca y comunicó la novedad a la Seccional 3a. A las 23.45 un equipo de la comisaría detuvo al sospechoso. Al chequear la identidad del individuo apareció la sorpresa: la División Homicidios y la comisaría primera de Montevideo lo requerían por el crimen de un niño.
CONFESION. A las nueve de la mañana F.D.A.R. llegaba a la comisaría de la Ciudad Vieja, custodiado por un oficial y dos policías que fueron a buscarlo apenas recibieron la novedad de su detención.
Durante las escasas dos horas que fue indagado por el crimen en la dependencia policial, F.D.A.R. terminó por admitir, con el mayor aplomo, que había violentado sexualmente al menor pero que no fue responsable de su muerte. El cuidacoches dijo que el chico se sentía mal y lo llevó a la azotea del edificio lindero al baldío para que "tomara un poco de aire", pero que una vez allí perdió el equilibrio y cayó.
El niño presentaba una fractura a nivel de cervicales ocasionada por un golpe en la mandíbula, los investigadores no descartan que esta lesión se la haya causado al caer desde 25 metros de altura. No obstante, persisten en la convicción de que el niño fue arrojado desde allí por el detenido. Hoy se dilucidará este aspecto en la sede judicial.
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